¡Quieto! ¡No sigas!. En verdad aquello que deseabas escribir es abbey ¿Verdad? Va, no niegues la mayor, no juegues al despiste mirando en torno a ti como si el tema no fuera contigo. Te hemos pescado ejecutando un error ortográfico monumental , de los que en los cuales, si hubieras nacido en otra época histórica te hubieses llevado no solo una, sino dos tortas, una de la profesora por borrico y otra de parte de tus padres por el hecho de haber recibido la torta de la profesora, por ignorante. Vamos, no te ofendas, no creas que tú eres quien ha llegado hasta aquí escribiendo mal abbey, a decir verdad estábamos meditando la posibilidad de poner un contador de visitas de esos tan majos que eran casi obligatorios en las webs de los 90’ ¿te acuerdas de ellos? ¿o tal vez eres un Gen Z?, escribiendo tan mal tampoco le resultaría extraño a nadie pero, lo dicho, a esta web nos llega gente de todas las edades y generaciones. En serio que no queremos hacer que te sientas mal por escribir abbey como un tarado, o tarada. Nuestra vocación, aunque no lo creas, es ayudarte.
Si arribados a este momento no te has fracturado ya, nuestro joven cristalito, o si eres un supuestamente preparadisimo millennial que, por la razón que sea, ha cometido un fallo garrafal escribiendo abbey (¿Dónde están tus 3 carreras y 2 másters ahora, eh? ¿Dónde?), un más que flexible Gen X o un obstinado Boomer, queremos que sepas que lo que deseamos, el único motivo por el cual esta página se ha creado y a lo que dedicaremos todo nuestro trabajo, nuestra existencia, cada minuto de vigilia, cada hora que le podamos robar al aborrecible Morfeo que hace todo lo posible para que durmamos cuando nosotros lo que deseamos es dedicarnos a ti, por TU bien. Deseamos que llegues a escribir de una condenada vez abbey y el sinfín de palabras que estamos seguros que también escribes mal. O que en caso de que no aprendas, cuando menos tomes consciencia de que escribes mal abbey y la motivación por la que escribes mal esa palabra (y tantísimas otras, que lo sabemos).
Te estarás planteando de dónde proviene este acto de benevolencia altruista. Es que, lo cierto es que no es tan altruista. A nosotros no resulta útil que el mundo esté atestado de… dejemoslo en ‘personas turbadas’ que, como tú, escriben mal abbey. De ese modo, podría ocurrir que en algún momento esta página web alcance muchas visitas y alguien ¡Hola Google! Te queremos nos pague por ellas. Y si ya ha llegado ese día y te encuentras con algún anuncio por por nuestra web de cosas que te interesan, dale con el ratón a alguno, que te aseguramos que nosotros te seremos muy útiles, y a ti no te supone ningún esfuerzo, ya lo verás, quid pro quo. En esta web lo que vas a obtener es sabiduría de la buena, de esa que venden en cualquier curso de vendehumos para ligar, pero gratis gratis de verdad. Afirmativo, hemos dicho ligar. Justo en este momento te acaba de explotar la cabeza, porque desconoces qué relación tienen escribir mal abbey con ligar. Joven Padawan, (o tal vez no tan joven, eso ya…), escribir mal abbey y llegar a esta web es lo mejor que te ha podido ocurrir en tu hasta ahora insulsa vida, ponte a punto, porque jamás en la historia de internet un inculto como tú (nuestras disculpas, estábamos esforzándonos reprimirnos con los insultos, pero no podíamos más) habrá ligado tanto.
¿Te había enterado de que cometer faltas de ortografía en internet son decisivos a la hora de ligar? La respuesta es que lo son, de este modo lo ponen de manifiesto los estudios llevados a cabo por las apps de citas más populares. Puesto que no es igual que en ‘50 Sombras de Grey’ el protagonista mega atractivo y multimillonario azotara a la prota hasta sangrar a que tú, de quien desconocemos en qué circunstancia física y financiera te hallas, hagas sangrar los ojos de tus pretendientes/pretendidos/pretendidas con esperpentos como eso que has escrito en lugar de abbey. Y nosotros deseamos que ligues. Y no, no te vamos a enviar a estudiar ortografía, esa es la vía exigente, y el camino difícil, no importa lo que digan, {no entraña ninguna placer, ni te van a dar reconocimiento alguno, ni ofrece ningún tipo de crecimiento personal, y no se hable ya, financiero. Si no lo crees, interroga a los millennials.
En caso de que no te hayamos convencido de lo mal que lo tienes para pasar un invierno calentito en compañía de otra persona entre esponjosas sábanas, lo que indiscutiblemente es conveniente para todos, en vista de la que está cayendo a nivel energético; vamos a exponer algunos números que serán las razones por las cuales deberías saber como se escribe abbey. Recientemente se ha elaborado un estudio que asevera que un 65% de las mujeres aseguran que no se relacionarían íntimamente con una persona que cometiera faltas de ortografía. En cuanto a los hombres, el porcentaje era del 60%. De acuerdo con Match.com en otro estudio efectuado a 5.500 ciudadanos de EE.UU., el 88% de las mujeres y el 75% de los hombres consideraban que el uso correcto del idioma, esto es ortografía, gramática y sintaxis suponía una cualidad esencial a tener en cuenta cuando buscaban una pareja. Por suerte nadie les preguntó qué opinaban sobre la geografía.
Por consiguiente como ya te hemos mostrado, el fallo es más importante de lo que habías imaginado por el hecho de no haber prestado la debida atención en el cole en clases de lenguaje, aunque de una cebolla no nace una rosa, por esa razón actualmente escribes así abbey. Sí, somos conscientes de que te hemos ofrecido darte nuestro apoyo, pero es nuestro deber ir con la verdad por delante y reconocer que sentimos verdadero gozo en machacarte un poco. Más aún sabiendo que lo estamos haciendo doblemente, puesto que, por la manera en que escribes abbey, suponemos que lo que es leer, tú no lees mucho… Pero vayamos al grano, que tampoco deseamos que nos contacten tus padres incriminándonos por haberte provocado un ataque de ansiedad (esto solamente se puede aplicar a los Gen Z o a aquellas personas que se autoperciban como pertenecientes a la Gen Z, que bueno, puestos a autopercibirse mira que hay cosas mejores con las que te podrías autopercibir, hormiga panda, por ejemplo). De modo que sin más preámbulos, al lío.
Lo primero que debes saber es que, al ser pillado en un error ortográfico como el que has cometido ahora al intentar escribir abbey es esencial saber el tipo de error que has cometido. Sí, no te vas a librar de tener que aprender algo. Si no aprendiste ortografía en su momento, ahora deberás aprender a poner las excusas necesarias que justifiquen tu vaguería o tu incapacidad, escoge una de las dos, pero nunca las reconozcas en público.
Actualmente hay dos excusas que no te van a servir de nada, ya que ningún ser vivo que sea poli neuronal se las va a creer. La primera es que has escrito mal abbey porque no has tenido la oportunidad de estudiar. Tienes internet, estás conectado a internet, por lo que con un poco de interés podrías haber aprendido ortografía. Hoy en día cualquier persona con conexión a internet puede aprender cualquier cosa que se proponga, así que lloriquear por una supuesta situación personal precaria no te servirá.
La segunda excusa que ya no cuela a la hora de hacer creer a alguien que el hecho de haber escrito de esa forma infame abbey es que ‘ha sido culpa del autocorrector’. Para empezar porque el autocorrector como mucho te puede cambiar una palabra por otra, si ese es el caso y solo en situaciones en que las palabras se parezcan en extremos y cambien mínimamente a la hora de escribirse, lo cual haga que su significado se modifique sustancialmente (acude al diccionario para comprobar si eso es así), esta excusa podría ser válida. Pero son casos escasos y poco creíbles. Si utilizas esta excusa tan manida, no solo quedarás como un cateto que no sabe escribir abbey, además te verán como a un mentiroso poco original, y tu cama permanecerá vacía durante un invierno que se pronostica duro, frío y con poco cash para distraerse fuera de casa.
Una vez descartadas las dos excusas que jamás deberás utilizar si te ves expuesto por el hecho de haber escrito mal abbey, vamos a ver qué ha pasado aquí y cómo salir airoso o airosa de la encrucijada.A menudo, a la hora de escribir con un teclado, es habitual que sin querer pulsemos dos veces una tecla, o no pulsemos una que queríamos pulsar, pulsemos alguna de las teclas de las que están alrededor de la letra que queríamos pulsar, nos apoyemos sin querer en la barra de espacio, o al revés, no le demos con suficiente fuerza. Cualquiera de estos errores es comprensible, es algo que puede pasarle a cualquier persona, incluso a las más doctas en ortografía y son fáciles de justificar. Si te das cuenta que al intentar escribir abbey lo que ha pasado es que has cometido uno de estos errores, lo más simple y aconsejable es que no le des demasiada importancia ni trates de justificarlo con grandilocuencia. Si la persona con la que hablas te gusta, aprovecha la ocasión para echarle un piropo ‘Es que me ilusiona tanto hablar contigo que ya ni me fijo en las teclas que pulso…’ y rematas con ‘Mis manos son más diestras tocando a personas de carne y hueso que a frías máquinas, si quieres te invito a comprobarlo…’ Es un all in. En estos momentos, sea cual sea la respuesta, ya nadie se acuerda de que escribiste mal abbey.
La cosa se complica cuando escribiste mal abbey y no hay ninguna tecla alrededor que pueda salvarte. Lo hiciste porque realmente no tienes ni puñetera idea de cómo se escribe, a ti te suena de ese modo y te lanzaste, obviando todas las normas ortográficas del idioma, y si nos apuras, casi casi las del decoro y la vergüenza. A ti esa palabra te suena así, y así la escribes. y punto. Pues no, no va así el tema, en la vida existen normas, básicamente se establecieron para que podamos entendernos al hablar. En realidad salir de esta es un poco más complicado, pero somos tan buenas personas que también tenemos soluciones para ti en este caso de tan flagrante afrenta al idioma con tu error ortográfico perpetrado contra abbey.
Cuando no puedas justificar el haber escrito mal abbey con lo que en inglés se conoce como ‘miss click’ o un error al teclear, la opción es la enfermedad o la filia. No te queda otra. La dislexia es tu amiga. Si te ves incapaz de llegar a aprender las normas de ortografía, deberás aprender cuáles son los síntomas de dislexia, y confesar tu enfermedad. No se trata solo de escribir mal, también deberás ser algo torpe, confundir izquierda con derecha, cosas sutiles que deberás mantener en el tiempo, sobre todo si la relación con la persona que estás conociendo se alarga ¿Te ves capaz? Nosotros también. Evidentemente si has escrito mal abbey escribes mal muchas otras cosas. Lo malo es que puede que al hablar se te desmonte el chiringuito ya que el mal uso de la sintaxis, los tiempos verbales, las preposiciones y algunas palabras podrían delatarte como un o una gran farsante, ya que se puede tener dislexia y ser zoquete al mismo tiempo. Ya se sabe, las desgracias nunca vienen solas y eso de que Dios no castiga dos veces es mentira.
De modo que te traemos otra excusa mucho más compleja en la que jugará una importancia vital tu capacidad de convicción. Es imprescindible que prepares el terreno y que no entres de buenas a primeras a dar la explicación. Debes mostrar un gran dolor, además de mucho misterio, antes de confesar el motivo por el cual escribiste mal abbey. Y es que tu ex, esa persona malvada que te partió el corazón y te dejó, llorando en un mar de lágrimas del que no pudiste salir durante más de un año, era anortografofilica. ¿Que qué es eso? Solo se erotizaba con la mala ortografía. Por ese motivo tuviste que hacer un gran esfuerzo en desaprender cómo escribir abbey y muchas otras palabras. No solo eso, con el tiempo empezaste a susurrarle al oído palabras como cocreta, o toballa, ya que tan solo de ese modo conseguías que te prestara atención. Su parafilia con el laísmo y los tiempos verbales sin sentido hicieron que la locura casi se apoderara de ti…pero querías tanto a esa persona, que lo diste todo. Y a pesar de todo lo que hiciste, te dejó. Encontró a otra persona según ella ‘más auténtica’, ya que al venir de otro país hablaba y escribía ‘malamente’ sin tener que esforzarse. Y te hundió en la miseria. No, no es para tomárselo a risa. Oféndete. Llora. Di que no te esperabas esa respuesta tras abrirle tu corazón. Y cuando te pida perdón, consigue la cita y ve poniendo las sábanas nuevas, está en el bote.
Como ves, todo en este mundo tiene solución, y nuestra intención ha sido desde el primer momento ayudarte. Sentimos haber sido algo duros contigo por el hecho de que hayas escrito mal abbey, pero teníamos que captar tu atención para poder darte soluciones para hacerte feliz, y que así ahora tú nos hagas muy felices a nosotros recomendando nuestra página y haciendo muchos clicks. Y ya sabes, cuando pases un buen rato entre las sábanas gracias a haber escrito erróneamente abbey y a nuestros sabios consejos, recuerda que puedes contactarnos para decirnos cuál te ha resultado más útil. Pero sin faltas de ortografía, por favor.